31 de març 2007
Mi mente se colapsa, entro en barrena.
Un grito mudo, ciego y sordo que no deja de ser un estruendo.
Me mareo, ya en una realidad sin referentes, sin contexto: floto en la inmensa vaciedad.
Me arrastran, no puedo escapar, no puedo esconderme.
Mis músculos se contraen sin dar respuesta alguna; estoy paralizado y me dejo llevar.
Un fondo sin fondo, un agujero negro en el que no se puede vislumbrar tan siquiera un final.
Me voy de este mundo hacia……………….ninguna parte: por fin la búsqueda ha empezado dejando paso a lo inevitable.
El querer sin saber, el desear sin más, el empezar a mover los dedos para después tensionar la mano y, por fin, intentar alargar el brazo.
El gateo llega a su fin y a cada nuevo paso las heridas infligidas en tus rodillas van sanando; empiezo a caminar, yo, transparente, puro, desnudo.
Cambia la perspectiva y aquel mundo bajito, reducido y seguro se desmorona bajo mi piel.
La seguridad muere, desaparece, dejando paso a la duda y a la incertidumbre del haber sido capaz de hacer aquel viaje interior que te lleva a navegar por el ahogo de tus entrañas.
Y si ahora puedes respirar quizá sea por que para poder de nuevo ascender debías arrancártelas y sacar lo de dentro a fuera para no separarte jamás de ellas.
Petons!!! Marc.