Ésta es la primera de mis dedicatorias:

Éste es un homenaje a ella, a la ciudad que la tiene presa y que de mi la aleja. Siempre tuve que mirarla desde la distancia aunque el hecho de amarla me impida cerrar los ojos para no buscarla. Éste es un homenaje a un punto de encuentro en la lejanía del alba, al paso plácido y agradable, especial y mágico de nuestra noche; del tiempo anterior al alumbramiento de un nuevo día y de una nueva estancia. Y de día, yo desaparezco y nosotros nos encontramos en nuestros pensamientos mientras yo viajo en el tiempo hacia las tinieblas de mi emplazamiento. Y miro y miro y miro Y me repito: ¿y si algún día podemos sobrepasar nuestra lejanía? ¿Y si algún día podemos atravesar el fuego que nos atormenta? ¿Y si algún día el candor de las llamas lo supera el hecho de amar? ¿Y si algún día podemos ahogar el fuego de nuestras penas? ¿Y si algún día nuestras plegarias son atendidas? Y miro y miro y miro para no dejar de pensar y repetirme a mi mismo: ES ELLA.

Petons!!!

Marc.