16 de desembre 2006

Un día supe que nada me impedía el intentar elegir; el intentar alargar el brazo y decidir; el intentar atrapar lo más preciado: mi camino. ¿Hacía dónde se dirigirá nuestro camino elegido? Ésta es la gran incertidumbre que nos mantiene vivos. El no saber adónde iremos a parar nos puede llenar de dudas, de miedos, de temblorosos paseos, pero también de ilusión y esperanza: el más preciado alimento del sediento. “Suave es la noche” cuando el futuro se ha hecho presente. Petons!!! Marc.